sábado, 6 de marzo de 2010

Soltando la mano



Mis reyes magos tienen siempre una particularidad, no me traen nada que yo compraría con dinero. Hace unos años, me trajeron una tableta gráfica de Trust. Es un trasto plano con un lápiz óptico con el que dibujas directamente al ordenador. Los Reyes magos son muy inteligentes pues una de las cosas que más me gustan y que me compro habitualmente son lápices y portaminas. Me gustan todos, adoró el sonido del grafito rasgando un papel de boceto, sus miles de formas, sus grosores y distintas longitudes. Algunos se adaptan a la mano como si siempre hubiesen estado ahí, ejecutando hermosísimas filigranas que con otro lápiz es simplemente imposible. Por eso, y por mi propia idiosincrasia creo que nunca me hubiese comprado una tableta gráfica. El otro día, desempaquete la misma y estuve jugando un rato con ella intentando ejecutar algunas acciones simples, unas líneas paralelas, unos círculos concéntricos y unas perpendiculares. Fue un auténtico desastre, cada vez que levantaba el lápiz óptico de la tableta mi cerebro dejaba de procesar la figura estaba dibujando, como si hubiese un interruptor en mi cabeza que cada vez que levantaba el lápiz desconectarse el dibujo de mi cerebro. Así que esta mañana he decidido simplemente soltar la mano y que vuele sin control sobre la tableta. El resultado ha sido magnífico, una línea continua y cerrada que contenía la base de uno de los millones de monigotes que vagan por mi mente sin ningún control. Dudo mucho que un lápiz óptico me cambie como dibujante a estas alturas de la vida, pero me da otras opciones que hasta ahora no tenían cuenta.
Mira por donde dan un especial de Moebius en Canal plus. Cuando después de un rato con la boca abierta de pura y sana envidia aparece una persona anciana con un lápiz óptico en la mano realizando un magnífico dibujo en el ordenador, entonces me sentí un poco culpable por desechar cualquier técnica de dibujo que pueda aportar algo al dibujante. Son esas tonterías que con el tiempo vas asumiendo como leyes que no se pueden romper y que no son más que la monotonía en la que te sientes a gusto. Por eso decidido exprimir este lápiz aunque sea óptico como si de grafito se tratase y ya de paso divertirme un rato dibujando.